Sostenía en mis arrugadas manos un pequeño cuaderno con sucias anotaciones, en las que se distinguía mi letra junto con algunas fotos desgastadas en las que reconocía unos cuantos rostros... Tras una suave carcajada masculina, un dedo señaló el fragmento más tachado y difícil de entender , y comenzó a leer:
Elementos de la naturaleza salvaje, que no tienen conocimiento de que de su suavidad vivo y su fuerza es la que me desestabiliza.
Me divido en cuatro: fuego, agua, tierra y aire.
Dos inalcanzables, fuego ... aire..., nunca podría sujetarlos con mis manos.
Dos moldeables , agua... tierra..., fácil de guardar en un recipiente.
Fuego, el
Agua, templa con su armonioso caer, no tiene fuerza para romper , pero a veces ahoga.
Ambos viejos
Aire, reflejo de deseo, destaca por sus innumerables direcciones, capaz de apagar el fuego, movilizar las aguas y dar forma a la tierra.
Ésta , Tierra , pacífica, muestra de paciencia, intento en vano por destruir las demás fuerzas indomables, espera su lento cambio.
Los dos, desdichados de tener algo en común.Pero no sólo esto, también fue el tiempo, al que la ninfa tomaba como inexistente, y la distancia, de la que ella se creía burlar con sus calzados pies, quienes ayudaron a provocar aquel sonoro crujido... y la ninfa, rota por dentro, comenzó a llorar, sola, en aquel desierto, donde sus lágrimas crearon oasis.
Yo bajé los párpados mientras unos labios besaron mi frente susurrando : "bendito ingenio", y
seguidamente sin motivos tarareé palabras repetidamente con alegre ritmo ... blue home... blue love...
y cuando fui a abrir los ojos todo desapareció...
Frío suelo, pies descalzos, luz reflejada en el mármol de la escalera, y sentada en ella, yo, cansada, apretaba un papel en mi joven mano ya despierta...
Anoche soñé ... que es mentira.. que los sueños , sueños son.