Ráfaga de aire.. aún así no desiste, también compañero del tacto, sigue susurrando hasta que te acaricia... no, no pretende asustarte como de extraña presencia.. Vaga solo, se alimenta de suspiros y vive del recuerdo, de sonrisas engañadas, de vitalidad compartida, de alegrías ajenas en forma de propina...Pero puedes aprender a ser más listo que el viento, aprovechar su brisa para cerrar los ojos y arrastrar los recuerdos.

Querido amigo viento, te reto
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